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Alfalfa Germinada Deshidratada 100gr Salud Viva
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Sin Huevo | Sin Huevo |
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Nuestros germinados se producen bajo condiciones de temperatura y humedad
controladas para obtener un brote bien desarrollado. Nuestros productos se han
elaborado únicamente a partir de ingredientes que en toda la cadena de
elaboración no se han calentado a más de 42ºC, temperatura que preserva los
elementos vivos del producto.
Beneficios de los alimentos crudos germinados
Al germinar se despiertan las fuerzas de vida latentes en las semillas y el secado
suave a menos de 42 ° C los preserva. Estos son algunos cambios de los alimentos
crudos germinados que se pueden medir en el laboratorio:
Los alimentos crudos germinados son más fáciles de digerir. Los inhibidores
enzimáticos presentes en todas las semillas pueden neutralizar nuestras preciosas
enzimas en el tracto digestivo. Los germinados neutralizan estos inhibidores
enzimáticos de las semillas haciéndolos más fáciles de digerir. El ácido fítico, una
sustancia presente en el salvado de todos los granos que inhibe la absorción de
calcio, magnesio, hierro, cobre y zinc, se neutraliza durante la germinación.
ANÁLISIS NUTRICIONAL (por 100 grs)
Energía....................1575 kj / 378 kcal.
Grasas..........................................13 g.
de las cuales saturadas............5,1 g.
Hidratos de carbono.................9,7 g.
de los cuales azúcares..............8,5 g.
Fibra.............................................30 g.
Proteínas....................................41 g.
Sal.................................................<0,03 g.
Cuando ponemos semillas en contacto con agua, aire o calor éstas empiezan a brotar. Se dice que la técnica de cultivo de los germinados ya aparecía en las Escrituras de los Esenios, que vivían en Israel y Egipto en tiempos de Cristo (ver el Pan Esenio). Unos siglos más tarde, Vasco de Gama y Magallanes pudieron completar sus largas travesías gracias a que su tripulación se alimentaba de germinados, ya que así se protegían del escorbuto. Cuando las semillas brotan, vemos como en la imagen superior, un pequeño tallo y una hoja que empieza a crecer, y que si dejásemos que se desarrollase completamente, se convertiría en una planta dando los frutos y semillas para volver a germinar. Como veremos más abajo, podemos germinar multitud de semillas.
Los germinados puede llegar a multiplicarse por diez, y en algunos casos hasta por cien, su valor alimenticio. En términos numéricos: se puede decir que un grano fresco y seco al que se le aplica un valor potencial de 100, pero resulta que al ser molido su valor se reduce a 10. Si por contrario lo germinamos su valor ve potenciado en 10 o 100 veces, dependiendo del tipo seleccionado. Lo que quiere decir que el valor nutritivo pasa de 100 ó 10.000.
Por fortuna, los germinados de consumo no pueden industrializarse a gran escala y obligan a la producción casera o artesanal, lo cual garantiza genuinidad y nos preserva de la artificialización. En los países africanos es común la elaboración y uso de cereales germinados, como el trigo burgol o bulghur.
Es muy importante decir también, y sobretodo hoy en día que la mayoría de la comida está contaminada (a no ser que sea ecológica, y aún con dudas), los germinados son los alimentos menos contaminados que podemos encontrar, ya que los granos que germinan sólo lo hacen cuando están sanos, porque a cierto nivel de degeneración, las plantas dejan de ser capaces de reproducirse.
En síntesis, la germinación garantiza: el más alto valor nutricio, la mayor eficiencia metabólica, el menor impacto ambiental, el mínimo ensuciamiento corporal, la máxima vitalidad energética y el costo más bajo.
Sin duda alguna, los germinados son el mejor método cuando nuestro organismo quiere obtener energía vital concentrada.
¿Qué es lo que ocurre exactamente con la semilla al germinar?
Las semillas almacenan en un pequeño espacio posible la mayor cantidad de energía posible. ¿Cómo? Pues comprimiendo esa energía en forma de hidratos de carbono y lípidos. Pero con la germinación es necesario desdoblar esos compuestos en otros más simples y mejor utilizables por el embrión de la planta. Por lo tanto, no absorbe nada de la tierra, sino que se trasforma en compuestos simples más digestivos y nutritivos, dando lugar a proteínas y glucosa (azúcares), con una producción ingente de vitaminas en el proceso sobre todo A, B (del grupo B2 y B6) y E. Así mismo, en estas reacciones bioquímicas se producen bacilos, enzimas y probióticos naturales, que benefician la digestibilidad y sistema inmunológico.
Todas estas reacciones bioquímicas se producen para poder alimentar al embrión de la planta, ya que en los primeros estadios carece de raíces y hojas y por tanto no puede nutrirse de la tierra ni realizar la fotosíntesis. La semilla, al germinar genera estos nutrientes que el embrión va agotando a medida que crece. Por eso cuando ya ha brotado y desarrollado las primeras raíces y hojas, estos nutrientes han sido consumidos por el embrión quien ya sí es capaz por sí mismo de nutrirse de la tierra y realizar la fotosíntesis. Los brotes, han agotado por tanto estos nutrientes tan valiosos para nuestras aves, transformándolos fundamentalmente en fibra y celulosa, pero son ricos es carótenos y clorofila. Su aporte nutricional es muy similar entonces al de las verduras verdes, pero más ricos en proteínas que éstas, y mucho menos que los germinados.
Cualquier semilla, sea de la planta que sea, si está viva germinará en las condiciones adecuadas. Es decir, que una semilla que seca contiene un 13% de proteína, tras la germinación, se transforma y adquiere una composición con un porcentaje, en algunos casos superior al doble de proteínas. Pero aún hay más, y es que estas proteínas son mucho más asimilables que las de una semilla seca, pues las complejas cadenas de proteínas se desdoblan en aminoácidos esenciales (entre otros, la lisina). Así mismo, son ricos en calcio, potasio, magnesio, hierro, selenio y zinc.
Por lo tanto, en el proceso de germinación se detectan varias reacciones químicas, entre las cuales podemos destacar la síntesis de enzimas con cambios químicos que no se supera en ningún estado posterior del grano por su riqueza en: vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, enzimas y demás substancias biológicas!.
¿Por qué son tan nutritivos?
Con la adecuada presencia de humedad, temperatura y oxígeno, se generan procesos fermentativos (enzimáticos) que en pocas horas modifican espectacularmente la composición química de la semilla, teniendo como resultado lo siguiente:
La riqueza nutritiva y energética presente en los primeros días de desarrollo en las semillas germinadas, nunca más volverá a presentarse en toda la vida de la planta.
La vitamina C es un ejemplo de la explosión que ocurre durante la germinación: de valor 0 en la semilla seca, pasa a 8mg tras 24hs, 12mg tras 48hs y 14mg tras 72hs. Una experiencia realizada en India con niños padeciendo escorbuto (carencia de vitamina C), mostró cómo se recuperaba más rápidamente el grupo que consumía germinados, respecto al grupo que consumía jugo de limón.
Tras 4 días de germinación, la vitamina B2 (riboflavina) aumenta 329% en la alfalfa, 770% en el trigo sarraceno, 844% semillas de girasol etc.
En resumen, los beneficios que aporta el consumo de los germinados son:
100% Brotes de alfalfa germinados*
*Procedente de agricultura ecológica
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